Si me pidieran describirla, lo haría como el café. En ocasiones me gusta con un toque dulce y otras veces le cargo la mano para disfrutarlo amargo.
Me gusta tomarlo caliente o disfrutarlo en su punto helado.
Me gusta tomar de el tres veces al día, en la mañana para despertar, a medio día para relajarme y en la noche para quitarme el sueño.
Me gusta en días soleados y cuando la lluvia se presenta. Lo disfruto en otoño y primavera, en verano o invierno.
Me gusta tomarlo mientras escribo o cuando estoy deprimido.
Disfruto de impregnarme de su aroma y me envuelve el sabor que hay en su cuerpo.
Ella tiene la Esencia de Café.
No importan las circunstancias, siempre estaré dispuesto a tomarla.
Autor: Andrés Venegas