Hoy te recordé, a mi mente llegaron miles de memorias y fui feliz. Momentos encapsulados dentro de mi cabeza estallaron uno tras otro en forma de imágenes y mientras te recordaba, me di cuenta de que quizá yo ya no se nada de ti.
Ha pasado tiempo, situaciones e incluso personas tanto en tu vida, como en la mía y me queda claro que no somos los mismos. Ahora somos dos desconocidos que tuvieron sentimientos en común, dos extraños que conocen el mapa que algún día los guío por el mismo camino.
Quizá en algún momento te encuentre caminando por un parque disfrutando del aire fresco de los árboles o tal vez sea en el centro de la ciudad en medio de la multitud. Incluso podríamos encontrarnos en un bar, un café y crucemos las miradas sin dirigirnos la palabra. Y aunque no lo parezca, me intriga volver a conocerte.
Quiero saber de ti, quiero que me cuentes de aquel vestido de lunares que tanto soñabas y que estoy seguro se te vería espectacular. Me pregunto como tomaras tu café ahora, si aún disfrutas con tanta intensidad un frappe o lo prefieres combinado con leche caliente en una noche fría. Quiero saber si aún detestas el olor a cobre que deja una moneda en la palma de tus manos o si aún prefieres las frituras en forma de triángulo que yo tanto detestaba.
Me pregunto que será de ti, saber si aún te obsesionas por ser el primer lugar. He inclusive quisiera saber si aún te aquejan tus alergias.
Quisiera saber de ti, saber tu canción favorita del momento, esa que te apasiona. Saber de tu serie favorita, aquella que te hace reír a carcajadas o te hace llorar un mar de lágrimas. Quisiera conocerte, ver a través de esas vitrinas que enmarcan tu rostro y descubrir los secretos que ocultan el brillo de tus ojos. Saber cuales son tus sueños rotos y aquellos que aún estas por cumplir.
Me intriga saber tu bebida favorita o la comida que te hace salivar de solo pensarla. Poder saber que pasa en tu interior al ver un paisaje natural o una gran ciudad. Saber por que a veces las lágrimas corren por tus mejillas o el motivo de tus infinitas risas. Quisiera saber incluso si es que en alguna de estas frases me he acercado si quiera un poco a lo que eres hoy. Aunque probablemente me esté equivocando y seas muy diferente.
Lo único que me queda claro y que sin duda alguna sé, es que eres una gran mujer. Llena de luz, de esa que te hace brillar hasta en el lugar más obscuro. Hoy te recordé en un rayo de luz que ilumino aquel parque donde nos fuimos conociendo. Lo hice en el estruendo de una hoja seca rompiéndose ante nuestras pisadas. Viendo la bebida que sostenía en mi mano, recordando aquellas citas en el café que fueron tan características de nuestra historia.
Incluso te recordé en la fila del centro comercial después de hacer las compras. Sonreía, mi semblante reflejaba una gran sonrisa con cada recuerdo. Te recordé escuchando la canción love me like you do y viendo the big bang theory.
En mi libreta abandonada, ahí te recordé.
En los cien escritos que tengo dedicados exclusivamente para ti.
Te recordé en cartas, en los mensajes de amor en pedazos de hojas rotas.
Lo hice mientras te redactaba estas líneas.
Lo hice incluso derramando lágrimas de felicidad, mientras reía de nuestras ocurrencias.
Parece coincidencia que el calendario marque el día veintiséis del cuarto mes, el reloj marque exactamente las siete con trece minutos y por mi mente solo pase la frase…
—Deseo que sea feliz siempre.
Es increíble, hoy te recordé y volví a sonreír.
Autor: Andrés Venegas