Quiero que desaparezcas de mi vida, lárgate y no vuelvas a buscarme. Sin ti estaré bien, tu partida causara dolor, pero sé que me hará demasiado bien.
No pretendo saludarte, abrazarte ni siquiera voy a sonreír si un día nos llegamos a cruzar por donde mismo. Me limitare quizá a un cruce de miradas y espero que tu hagas lo mismo que yo.
Tantas noches que pasamos juntos y me tuviste sumiso ante tus pies, soportando tus malos ratos. En tu vida solo fui el manantial del cual bebías para saciar tu sed. Un juego para ti, amabas verme explotar mientras con una maldita sonrisa me decías que era muy infantil el verme llorar.
Vete, como siempre, como es tu costumbre. Aléjate de mí y déjame recobrar la paz que perdí desde que te conocí. Deseo que te vaya bien, pero no me interesa saber si te fue bien o estás mal.
Me canse de ti, los reclamos, tus comentarios idiotas y tu estúpida forma de sentirte la víctima en esta situación.
¿Dime que hago yo? Si me siento en completa soledad aun teniéndote junto a mí, dime, ¿Qué hago si siempre has dicho que lo nuestro es un fastidio? Me canse de correr tras de ti, de estar a la merced de lo que pidieras. Adelante, nadie te detiene.
¡Deja de joder mi vida de una puta vez por todas!
Siempre tienes la razón y esta vez no es la excepción.
¿Me falto dar más amor?
Claro, me falto amor en las entrañas para gritar más fuerte cuanto te amaba.
¿Me faltó tiempo para estar contigo?
También tienes razón, las veintitrés horas que te dedicaba al día no eran suficientes.
¿Me falto más pasión en nuestras noches a solas?
También tienes razón, no bastaba con el incendio que provocaba en ti.
No tiene caso tocar el tema de la desconfianza. Mi tiempo lo dedicaba exclusivamente para ti, incluso deje familia y amigos para estar contigo; sin embargo, para ti nunca fue suficiente, los minutos que estábamos lejos enloquecías pensando que te estaba engañando.
Aún dueles, dueles en lo más profundo de mí ser. Pero el error fue mío, fue mi culpa no darme cuenta que vivíamos en una historia con el final programado. Ayer hubiera dado todo por nosotros, hoy solo quiero desaparecer de tu lado y recuperar mis sueños rotos.
No hay nada más que hacer, no podemos seguir con este juego. Yo quería darte algo que no se pudiera romper y terminamos estallando como un globo de helio. Lo siento tanto, no estoy para explicaciones o justificaciones idiotas.
Guarda silencio, me tengo que ir.
Autor: Andrés Venegas